Respecto a la universalidad de los Derechos humanos y negociación del conflicto armado colombiano ¿Cuáles son los límites?

Publicado en por unidad-popular.over-blog.es

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Por Johan Doncel.


 

Creo que para muchos de nosotros el andar por la vida (en Colombia) nos ha enseñado a redefinir el concepto de libertad: el estrecho camino que atravesamos los colombianos ha enmarcado en medio de la pobreza un sin igual escepticismo como herramienta alternativa ante la incapacidad de nuestros gobernantes de darle una salida real a un conflicto que lejos de ser una enmarañada razón de libertad constituye un complejo bosquejo de añejos sentimientos de injusticia y privaciones de los derechos fundamentales.


Resulta completamente paradójico que en el mismo año en que se daba a conocer al mundo la DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS (1948) en nuestro hermoso país las estructuras políticas tramaban y llevaban a cabo el asesinato del dirigente político Jorge Eliecer Gaitán que de manera inequívoca con su muerte, llevo al inicio de todo esto que apenas conocemos como una guerra no declarada y que por esta simple declaración o negación de la realidad en un país arrasado por la impunidad resultaría inconcebible tal idea de una aceptación concienzuda de dichos derechos.


Sé que muchos de los compañeros que lean estos párrafos no entenderán siquiera a que me refiero, o por qué digo lo otro. Por eso me atrevo a formular mi primera pregunta, teniendo en cuenta que la mayoría de los colombianos sabemos a ciencia cierta que los medios de comunicación han sido durante estos años la enraizada forma en que se le mienta a un pueblo que agobiado por tanta injusticia se le condena a la mentira y al susodicho de la libertad plena… pero…


¿Quién sabe, o cuántos de nosotros conoce las razones para que en Colombia allá una problemática de tal magnitud?


La verdad creo que para darle una solución a cualquier problema primero hay que conocer el origen del mismo y la razón social es algo a lo que el sistema actual se ha empeñado en definir como algo completamente ajeno a la salida del conflicto, pero.. Ustedes ¿consideran esto como algo relevante cuando la enajenación  de la libertad es una constante en comparación con las utópicas realidades predispuestas en otras naciones?. Convivimos con una realidad y pretendemos darle cabida a una universalidad inherente a la realidad y esto es a lo que tanto llamamos RESIGNACION.


Nosotros no podemos llamar a la paz cuando sencillamente la violencia inicia desde las mismas fuerzas armadas y la desigual Constitución Política de Colombia (¿cuántos de nosotros conoce la Constitución Política?) y en cuanto a un estado desigual partiendo desde el escepticismo y la ausencia del sentimiento pátrio cada vez más escaso y solamente pronunciado frente a los partidos de futbol que, desde sus cimientos, es una estructura corrupta. Creo que nadie de nosotros es ajeno a esta realidad cuando tan solo en las pequeñas cosas de nuestro diario vivir se le da prioridad a la economía individualista pasando por encima de mi derecho básico a existir y ser respetado por ello.


Comparto en mucho la declaración dada por el profesor Luis Fernando Maldonado teniendo en cuenta que ante la ausencia de dicho compromiso como integrantes de una sociedad o nación las partes que han pretendido negociar ignoran a un pueblo subyugado y maltratado durante décadas y el pueblo, dichoso de ser ignorante en su gran mayoría, solo espera que dichos maltratadores decidan el futuro que nos corresponda.


¿Notan ustedes que he sido un tanto irónico?, pues el mundo y sus pretensiones es irónico desde sus inicios y los intereses de unos pocos relegan a la humanidad al continuo despotismo creando la tan absurda realidad que no solo los colombianos pretendemos ignorar pretendiendo olvido, sino que el mundo en general argumenta prioridades por encima del niño que muere en nuestro planeta cada 5 minutos de HAMBRE… escucharon bien: de HAMBRE... teniendo ese mismo mundo las posibilidades de darle salud, educación y sus tres comidas diarias a TRES VECES la CAPACIDAD TOTAL  de los habitantes en general que hay sobre la tierra.


En Colombia no estamos lejos de esa realidad, por el contrario, en medio de la violencia delineamos de manera más profunda estos rasgos que, del mundo, ensimisma el concepto de humanidad y la clara mentira en la que tan a diario se empeña esos medios de comunicación pervirtiendo un derechos fundamental. Simplemente, irónica y conscientemente los derechos humanos no existen cuando más de un 60 por ciento de los colombianos no tienen la certeza de que es esto o en qué forma puede hacerlos valer frente a una sociedad enredada en conceptos utópicos aprendidos de una realidad dolorosa y agobiante. La decisión de que es lo que queremos para el futuro parte de cada uno en su individualidad objetiva pero… no puede haber objetividad cuando la educación y la vida son un privilegio y no un derecho como tanto nos pretenden enseñar en las escuelas y al comparar con la realidad resultaría paradójico hablar de dignidad social.


El gobierno no puede hablar de paz cuando ha sido el principal causante de la guerra y la guerrilla tampoco al pasar de representante armado en defensa de un pueblo oprimido a un causante mas del descontento, la muerte y la violencia. No puedo (y resultaría una mentira)  redefinir el ideal de las fuerzas paramilitares ya que estas son parte de ese mismo gobierno causante de las tragedias actuales y la subordinación de una nación en su totalidad.


Pero ustedes dirán: cuales son las preguntas del proyecto?.. pues creo en mi humilde opinión que las preguntas sobran en lo triste de nuestra historia y la verdad se esconde, como también se esconde nuestro compromiso como colombianos y nuestro derecho a decidir que futuro queremos para Colombia… yo también les dejo ese chicharron en la cabeza.


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